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Filax

Una imagen de Filax Mantorrojo

Filax Mantorrojo, también conocido como el Rey Filax, fue un poderoso guerrero aliasino de la tribu Sagriz, muy conocido por ser el padre de Aliax, pero también por sentar las bases para su futuro rol como gobernante de medio mundo.

Descripción[]

Las historias orales del pueblo aliasino describen a Filax como un elfo alto, de piel dorada y pelo blanco, quien siempre vestía una prenda roja en el cuerpo, especialmente para taparse la boca de las arenas y la sal del desierto. Se dice que tenía una voz poderosa y un talante resuelto y reflexivo.

Historia[]

Filax nació de una familia artesana y ascendió como guerrero de la tribu Sagriz, el clan hoy dominante en Saraza. Los sagriz no eran la tribu más poderosa hasta ese momento, ni tampoco la más débil: se trataba de un clan de segundo orden, aunque fieramente independiente, que solía arrasar poblados en la ruta de Noas Murd, si bien nunca pudieron tomar esta ciudad hasta varias centurias después.

Guerrero[]

Filax, entrenado en la guerra ligera, utilizaba una larga alabarda y casi ninguna armadura, pero sin embargo rápidamente se ganó la fama de ser un guerrero temible y diestro, con mucha capacidad de mando. Sus emboscadas a grupos fuertemente armados generalmente tenían un notorio grado de éxito, ya que utilizaba la sorpresa, el terreno y la movilidad de sus pequeñas tropas en su favor. En su legendario grupo de asalto se encontraba Famalen, la futura fundadora de la orden de los Pratir de Midana, la hechicera Xerias, y los gemelos Toas y Merias, todos ellos guerreros renombrados y poderosos.

Su grupo rápidamente se abasteció de recursos y armas suficientes como para permitirle crecer a su clan, y en una serie de maniobras muy arriesgadas, plantaron batalla (aunque finalmente cedieron el terreno) contra 200 hombres del poderoso clan Tyrres, quien aún hoy sigue siendo la principal fuente de soldados del Dominio Aliasino, en el famoso encuentro de Huesos Negros.

Caudillo[]

Desert elves scetch by beaver skin-d4jfohp

Merias, guerrero destacado

Gracias a sus acciones, Filax ascendió rápidamente a cargos mayores, hasta que finalmente se hizo con el caudillaje de las fuerzas de su clan, secundando al débil rey Tímas. Tímas, luego de varios años de tire y afloje con Filax, terminaría muriendo en circunstancias sospechosas, de un cáncer mal curado. Si bien para los que desconocen la idiosincracia del clan fue Filax quien lo asesinó, los miembros del clan Sagriz discrepan. Muchos incluso afirman que Filax y Tímas eran amantes, cosa que ofendía tanto a Aliax como al hijo del rey, Tegirys. La mayoría de las historias conectan a este último con el asesinato de su padre, ya que el joven Aliax era belicoso en extremo, y jamás hubiera asesinado en forma cobarde: lo habría retado a duelo y asesinado en combate.

Tras la muerte de Tímas, el conflicto se desató en el seno de la tribu: los partidarios de Tegirys tomaron rápidamente el control del pequeño fuerte de Saruz (el asentamiento en el que se basaría luego Saraza), pero serían asediados por Filax y su hijo. El asedio fue largo y sangriento; finalmente, Filax logró internarse con sus compañeros al fuerte, y tras una serie de maniobras ágiles abrirían las puertas, permitiendo el paso de sus tropas leales.

Ese hecho de sangre sería recordado como la Primera Sangre de Saraza, y en él moriría el poderoso Merias en el entonces salón del trono, que se ha conservado intacto desde entonces. Allí se construyó el púlpito del Consejo Principal, llamado la Cámara de Merias.

Rey[]

Filax gobernaría con ecuanimidad, y perdonaría a Tegirys su vida a cambio del exilio. Su gobierno fue esencialmente práctico, resolviendo cuestiones concretas de supervivencia, como la ampliación de Seraz, la construcción de murallas defensivas y la reorganización de su ejército en cuadros. Filax, junto con Famalen, reorganizaría la tropa de élite de los Pratir como una fuerza de asalto pesada, y conquistaría a los Eleini,a los que usaría como mano de obra esclava en las minas de cobre de las colinas Noamur.

Poco tiempo después, su clan empezaría una contienda con los Tyrres y los Cameporys por venganzas de sangre cruzadas. Filax demostraría ser un general extraordinario, y sus antiguos compañeros capitanes a la altura. Filax, entre otras cosas, no dependía de una única especialidad para luchar, ni de la lucha heroica, sino que utilizaba tácticas mixtas y rotación de tropas, balanceando correctamente las fortalezas y debilidades de sus tropas. Sin embargo, aún seguía siendo una tribu secundaria.

En una serie de maniobras políticas y militares de alta intriga, Filax logró el apoyo de tres tribus menores: los kedonai, los nerevile y los paroni, con las que incrementó grandemente el poder de sus tropas. Las tres tribus se vieron beneficiadas con mayores recursos y mejores armas, además de con algunos matrimonios concertados. Las tres tribus menores serían anexadas junto con sus territorios, y relocalizadas en los confines de la Muralla Blanca, formando las primeras vyles alrededor de Saraza.

Estas modificaciones y anexiones le llevaron varios años, en los cuales se replegó a su fortaleza con los suministros adquiridos, y con la mano de obra de los Eleini a su disposición. Este repliegue funcionó como forma de desviar atención, aunque algunos, especialmente Tegirys, lo verían como debilidad.

Tegirys[]

Tula

Tola, la Hechicera de Noas Murd

El antiguo príncipe utilizó su influencia y poder para retirarse a Noas Murd, donde aprendería las estrategias avanzadas de las ciudades de Temali, pero también se amancebaría con la hechicera humana Tola, con la cual descubriría un impulso religioso feroz: el Culto del Fénix.

Tegirys, junto con Tola, contratarían hordas de mercenarios para arrasar a los Aliasinos que lo habían traicionado: los Sagriz. Sus primeras escaramuzas contra aliasinos serían exitosas, debido fundamentalmente a que no eran más que algunas tropas de saqueo irregulares, y especialmente tropas desertoras en el viejo camino de Noas Murd. Asimismo, como el camino estaba despejado de verdaderos Sagriz, estaba siendo transitado por algunos clanes menores enemigos. Eventualmente, Tegirys capturaría más tropas de las que tomaría, confiando en la fortaleza de los elfos más que en los números de los humanos.

Tegirys consiguió numerosos éxitos, y atrajo a los antiguos clanes enemigos con su figura carismática y el poder religioso de Tola. Decía ser el Fénix renacido, y estableció una religión de fuego y sangre que permanecería como un culto proscrito en tiempos del Gran Dominio. Por supuesto, no todos sus cautivos caerían ante el influjo de su figura, y muchos huirían en la noche a informar a Filax de los quehaceres de su antiguo enemigo. Estos se convertirían en la raíz de los Susurrantes.

La Guerra Cameporys-Tyrres-Rydaz[]

Tras el repliegue de los sagriz y sus aliados, los cameporys se atribuirían el mérito, cosa que ofendería a los Rydaz, un poderoso clan rival. Asimismo, los tyrres intentarían apropiarse de varios centros "abandonados" de los sagriz, donde sólo habría una resistencia nominal. Estos centros jurarían lealtad intermitentemente a los cameporys y los rydaz, pero ofrecería poca resistencia a los invasores. Los clanes confiaban en sus "legítimos señores" para su defensa, hecho que incrementaba los enfrentamientos entre los clanes mayores.

Finalmente, la guerra se desataría. Cinco mil Aulladores cameporys lucharían contra ocho mil Merodeadores rydaz en la batalla de Rocasombra, en uno de los enfrentamientos más sangrientos que se tengan en la memoria de los elfos. Las bajas en ambos frentes fueron abrumadoras, y cuando finalmente los cameporys se retiraron del campo de batalla, serían perseguidos por los tyrres, quienes los asediarían en la fortaleza de Pontasis, sin comida ni agua.

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Una imagen de Tegirys en el Culto del Fénix Renacido

El asedio de Pontasis duró un mes, hasta que los Rydaz recuperaron su ímpetu, y se enfrentaron a los tyrres en campo abierto, momento que aprovecharon los Aulladores para dar una serie de golpes veloces a los suministros de ambos ejércitos, y encaminarse a las profundidades del Solar, donde se establecerían momentáneamente. Los primeros Susurrantes seguían atentos a los movimientos, y prepararon una fortaleza abandonada con trampas y caminos secretos para tomarla rápidamente si era necesario. Los dispersos Cameporys durante los siguientes meses volverían a arracimarse en esa fortaleza, Priariai, y se fortalecerían una vez más.

Los Rydaz y Tyrres seguirían enfrentándose todo aquel tiempo, sin un vencedor claro. En el plazo de un año, no menos de doce terribles hechos de sangre enfrentarían a los Rydaz, Tyrres y Cameporys, ahogándolos y debilitándolos frente a los clanes menores. Los clanes secundarios comenzaron a ocupar antiguas fortalezas y territorios, y a ocuparse de las rutas de saqueo abandonadas. Tegirys entre ellos, con su nuevo clan, el Clan del Fénix, sería uno de los más destacados. Muchos de sus enemigos los veían como los nuevos Te'He'Molt, y los temían y rehuían su fanatismo. Tegirys, afincado en su nueva fortaleza, la antigua Casaclán de Rydaz, tenía fama de profeta y guerrero terrible, y luchaba con dos lanzas y escudo, a pie, vestido íntegramente de amarillo y blanco. El terror seguía sus pasos, y lo rehuían como la peste.

Los cameporys llevaban la iniciativa en el conflicto, y los Rydaz estaban resultando ser los principales perdedores, al punto de que el clan tras cuatro años de guerra casi se extingue en su totalidad. Sólo unos pocos sobrevivieron a las fuerzas combinadas de los Tyrres y los Fénix, y hace siglos que nadie sabe de ellos. Sin embargo, los Tyrres pagaron un altísimo precio: de ser la hueste más numerosa, pasaron a apenas rejuntar unos pocos miles de guerreros entre sus dieciséis dominios y cuarenta vilares.

Los cameporys, sin embargo, no estaban intactos: ellos también habían sufrido mucho la guerra, y tenían comparativamente la mitad de sus tropas iniciales. Mientras tanto, el Fénix seguía creciendo lentamente. Hacia el final del conflicto entre los tres clanes, los fénix casi igualaban en tropas a los tyrres y cameporys.

La Unificación[]

Cuando los pueblos estaban segregados y divididos, agotados tras años de guerra, Filax y los sagriz salieron de su confinamiento. Su ciudad, Saraza, se había convertido en un nodo de riqueza imposible, donde se acumulaban toneladas de sal, cobre y estaño. Los sagriz habían crecido en número, aproximadamente al doble de antes, debido a la reducidísima mortandad durante cuatro años de paz, y los clanes aliados habían crecido mucho también, aunque prácticamente perdieron su identidad al mezclarse con los poderosos sagriz.

Las Legiones de Filax estaban bien instruidas y equipadas en un nuevo tipo de guerra de maniobras, con sus armaduras y equipos estandarizados en sus funciones. La Serys, la alabarda estrella de los aliasinos, sería diseñada por Filax y Toas para equipar a las tropas básicas, y los pratir usarían las largas picas de más de tres metros y armaduras pesadas de bronce.

Sin embargo, habían alcanzado el límite de su expansión. Necesitarían más dominios para alimentar sus tropas, y caminos seguros para los Caminantes de la Sal. Filax miró entonces a Pontasis, y organizó un asedio. Los cameporys decidieron no presentar batalla inmediatamente, confiando en que el desierto salado sería suficiente enemigo para los sagriz. Sin embargo, los Susurrantes llevaban años trabajando en túneles de entrada y minando las defensas de la ciudadela. Xerias fue capaz de infiltrarse con sus asesinos y hechiceros, provocando un caos generalizado en la fortaleza y robando los suministros, los cuales serían consumidos en la spuertas por las Legiones Solares para bajar la moral. Tras dos semanas de hambruna, los sagriz decidieron un asalto frontal, y los Susurrantes fueron esenciales para abrir puertas y salas cerradas a cal y canto. Las Legiones demostraron su poderío por primera vez en un conflicto a gran escala.

Pontasis, la "Fortaleza Impenetrable" cayó entonces, en apenas dos semanas. Los cameporys rindieron sus armas, y Filax perdonó a sus capitanes, e incluso tomó segundas nupcias con la hija de Nastir , el líder, como forma de alianza. De su unión saldría Taraxis, el hermano menor de Aliax, y uno de sus principales guerreros en tiempos del Dominio Aliasino.

Con tropas aumentadas y de refresco, los hombres de Filax marcharon contra los Tyrres abiertamente. En el camino, sometieron al menos a cinco clanes más, todos ellos oportunistas que habían medrado en la guerra, por lo que los informadores tyrres supieron del poder desplegado de los sagriz. Tras un par de enfrentamientos menores en los que midieron fuerzas, los tyrres capitularon, y su caudillo puso a su segunda hija, Tumal, en la cama de Aliax. Tumal sería la primera reina de Aliax más adelante. Sólo quedaba un gran enemigo en el Oriente: Tegirys.

El Fénix y Mantorrojo se enfrentan[]

La campaña entre ambos poderes fue intensa y larga. Tegirys contaba con numerosas tropas fanáticas, y el apoyo de Noas Murd, quien veía en él un útil títere a manos de Tola. Eventualmente, ella lo asesinaría si él intentara tomar la ciudad. Los murdianos confiaban en generar su propio reino con fuerzas aliasinas a su disposición.

Filax, por su lado, combatía a los últimos clanes renegados (que en su totalidad superaban ampliamente sus propios números), y ponía bajo su órbita a los aliasinos independientes. Algunos de los miembros de los clanes más recalcitrantes terminaban cayendo bajo la órbita de Tegirys, pero en su mayoría terminaban capitulando en su favor.

Hacia el final, cerca de trecientos mil elfos se enfrentaban en cada lado, además de los herreros y los trabajadores salinos. Ambos bandos eran cautelosos, pues sabían la potencia del otro, y mantuvieron enfrentamientos de maniobras y escaramuzas durante casi diez años. Sin embargo, la locura y el fanatismo empujaban al Fénix Amarillo a actuar en forma osada, mientras que Filax intentaba pacificar sus dominios y ganarse la lealtad de sus generales. Noas Murd apoyaba al Clan del Fénix, por lo que sus caravanas de suministros eran más fuertes, mientras que Filax dependía de los escasos recursos del Solar para subsistir. El enfrentamiento total era inevitable, aunque tratara de postergarlo.

Finalmente, Filax consultó en la Cámara de Merias el momento y lugar oportuno para enfrentar a Tegirys. Éste no era estúpido, y aunque era más autocrático y personalista que Filax, no carecía de buen consejo. Finalmente, preparó sus tropas y las dividió en dos huestes. Una de ellas iría por el camino de Noas Murd, y el otro a las inmediaciones de Casaclán Rydaz. El objetivo fundamental era amenazar las líneas de suministros y forzar a Tegirys a actuar.

Sin embargo, Tegirys esperaba una maniobra semejante, y había establecido una línea de fortalezas entre ambas locaciones, por lo que los suministros podían seguir fluyendo mientras él se encargaba de la hueste de Casaclán. El enfrentamiento no se hizo esperar: la hueste de Casaclán terminó enfrentando en el Dominio de Obsidiana a la fuerza principal de Filax. Las fuerzas del Fénix, fanáticas y agresivas, atacaron frontalmente, confiadas en su fortaleza, mientras dos grupos de carros de guerra intentaban flanquear a las falanges sargizanas.

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Xerias, la Augur

La lucha fue sanguinaria, y se prolongó durante casi dos días enteros. Pero las tropas disciplinadas de Filax mantuvieron territorio y se atrincheraron contra las colinas, con grandes bajas aunque sin quebrantarse. Oleada tras oleada de guerreros del Fénix cayeron frente a sus armas, y los Pratir finalmente lograron romper una de las columnas de caballería más insidiosas. La batalla estuvo en tablas durante un buen tiempo, hasta que, al segundo anochecer de la batalla, tropas de refresco llegaron del camino de Noas Murd bajo el mando de Xerias, quien utilizó prácticamente todo su poder para acelerar su paso y mantenerlas frescas. Xerias llegó agotada y casi muerta al conflicto, pero sus tropas se lanzaron sobre las de Tegirys, ya cansadas y desmoralizadas, y rompieron las filas.

La limpieza[]

La Batalla de Casaclán fue un éxito renombrado, y los días siguientes fueron utilizados por los capitanes para perseguir a los fugitivos y a los capitanes enemigos uno a uno. Sin embargo, la cabeza de la serpiente seguía intacta, y muchas de las tropas se reagruparon en Casaclán, hasta formar una impresionante hueste de más de cien mil elfos.

Los Susurrantes cayeron con una noticia alarmante: Noas Murd había concentrado numerosas fuerzas temalianas, y estaban en camino con una inmensa fuerza de carros de guerra, arqueros y hacheros. Eso, sumado a la potente infantería aliasina que Tegirys usaba con eficiencia, sería más de lo que las agotadas tropas de Mantorrojo podrían manejar. El tiempo apremiaba.

La hueste de Filax volvió a partirse en dos, pero esta vez ambas huestes se mantuvieron cerca, en dos fortalezas en los dominios cercanos a Casaclán. Sin embargo, una tercera hueste, un pequeño grupo de Susurrantes liderado por Aliax y Xerias, se mantuvo oculto en el camino, oteando. Ambos lograron capturar un grupo de caballos y una avanzadilla exploratoria temaliana, y ganaron una poderosa caballería móvil, además de dejar ciego al ejército invasor.

Aliax y Xerias utilizaron esta hueste móvil como pantalla, y se retiraron hacia las profundidades del Solar, incomunicando a ambos ejércitos. Los temalianos, desconfiados, aún enviaron una tropa grande a Casaclán, pero tres cuartas partes del ejército siguieron a Aliax y Xerias al desierto, donde se perdieron.

Las huestes de Filax, entonces, atacaron Casaclán. Una de ellas, comandada por Nastir, se demoraría en el camino, destrozando a la fuerza temaliana que venía por allí. En esa batalla, Nastir encontraría su muerte, pero su hijo Maxias lideraría la tropa a partir de allí. La hueste de Filax, mientras tanto, atacaría la fortaleza por asalto. La batalla traería numerosísimas bajas para los sagrizanos, pero terminaría en una victoria total. En el final, el mismo Tegirys salió junto con Tola a rechazar a los invasores, y la batalla entre estos y Filax en persona sería legendaria. Tegirys encontró la muerte allí, atravesado por la guja de Filax, y Tola se rindió.

Finalmente, la hueste temaliana dejó de cazar fantasmas y volvió del desierto, agotada y disminuida. Al ver las banderas de Mantorrojo en la fortaleza, rindieron sus armas y se les permitió volver a Noas Murd siempre que dejaran rehenes para asegurar su comportamiento.

La reconstrucción[]

Los años de conflicto hicieron mella en los aliasinos. Los veteranos y los clanes menores querían volver a sus dominios y vilares, y los clanes mayores solicitaron un descanso a su Rey. Durante los años siguientes, sólo reclamarían a las tropas reales las incursiones contra los temalianos y la ocasional pacificación de un clan rebelde o un reducto del Fénix no reclamado.

Tola se mantuvo en compañía del rey Filax, y se transformaría en su concubina preferida, hasta desplazar a la misma reina Tarises. Tola hablaba de glorias impensables, y de antiguas profecías que auguraban un Dominio sin par para la progenie de Sagriz. A ella, como humana que era, el findu la mantenía joven y hermosa, mientras que Xerias, como elfo, envejecía y se consumía de cáncer ante el sol abrasador.

Filax y Aliax miraron hacia el futuro y vieron gloria y también peligro. Miraron a Noas Murd, y supieron que allí estaban ambos, y comenzaron a hacer preparativos para la gesta heroica, algo que no le pasó desapercibido a la hechira Tola. Xerias finalmente murió, y con él, la última protección de Filax contra la insidia de Tola. Toas estaba lejos, llorando a su hermano y fundando su familia (la famosa familia Goas). Cuando Aliax viajó a Temali para conocer las defensas e iniciar las levas en el Solar, Filax murió, y Saraza se encontró a la vera de una guerra de sucesión, con Taraxis como peón de Tola.

Ver También[]

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