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Shasztana

La Fortaleza del Necromante

Shasztana es una ciudad en el desierto del Xajarda, al pie de la Cordillera de los Búhos y muy cerca de Zedhar. En el pasado, Shasztana fue parte del primer reino de Ashara, pero durante la Guerra de las Cinco Ciudades, cerca de la Edad de Hita, fue parcialmente destruida, transformándose en una ruina espantosa dominada por brujos de Ash' Ka Lok. En la actualidad se la llama la Necrópolis, y es dominada por el Dios Inmortal desde la principal criptofortaleza.

Los Brujos de Shasztana[]

Originalmente, los habitantes de Shasztana pertencían a la tribu koagulli de Nemestas, que fue derrotada y esclavizada por Geztah. Sólo unos pocos supervivientes se refugiaron en cavernas de piedra en la Cordillera, donde encontraron algo que los levantó: Ash' Ka Lok. El ente instruyó a los más brillantes de ellos en magia sutil y eficiente. Ash' Ka Lok era enemigo del ifrito Qazul Llamviviente, que favorecía a Geztah. El Oscuro enseñó entonces secretos mágicos a los Brujos de Shasztana, que transformaron su sociedad en una sociedad mágica.

Los shasztanos comenzaron a cambiar primero sus costumbres, y luego su lenguaje. Adoptaron la magia como forma de vida, e invocaron consortes etéreos para incrementar sus menguados números. Se dice que el mismo Ash' Ka Lok transformó un nido de serpientes en seres humanos y les dotó de espíritus impíos para poder mezclarlos con los koagulli. Trataron asimismo de no entrar en conflicto directo con los centauros de Ashara, y eligieron conflictos más sutiles: invocaron monstruos y crearon pesadillas para acechar a sus vecinos. Sin embargo, durante el reinado de Ile-Vusir, el Grande, clamaron alianza con Ile-Karum, pero secretamente planeaban la traición: Los brujos desencadenarían la Guerra de las Cinco Ciudades.

Guerra de las Cinco Ciudades[]

Durante el feroz conflicto bélico, la población de Shasztana fue casi diezmada una vez más. Con sus números reducidos, a casi nada, a punto de morir, apareció la figura del Rebelde. 

El Rebelde trató de convencer a sus compañeros brujos de romper los lazos con su maestro sombrío, y les demostró el poder que podía obtener por sus propios medios. Lo primero que hizo fue levantar un pequeño grupo de soldados muertos durante una de las batallas más cruentas. Los soldados, reanimados y enloquecidos, devoraron a la mayor parte de sus enemigos, quienes huyeron espantados. Los demás brujos, asombrados, decidieron escuchar al joven, y comenzaron a juntar cuerpos frente a él, y a aprender las artes necrománticas. Abandonaron decisivamente el culto de los Cuatro fuegos, y ejecutaron y persiguieron en las montañas a quienes lo serguían, ya que el fuego sagrado se oponía a los ideales del rebelde. Sin embargo, Ash' Ka Lok no se quedó de brazos cruzados, y también envió a sus propios lacayos para encargarse de él.

Shasztana, destruida, sufrió por el enfrentamiento de ambos, hasta que finalmente el Necromante cayó ante una manifestación de la deidad. Sin embargo, sus discípulos lo llevaron a la pirámide que éste había preparado, previendo esta eventualidad, y lo prepararon con ritos oscuros. Éstos salieron de la Fortaleza de la Luz Imperecedera, como la habían titulado, con nuevos poderes y atributos, además de órdenes precisas. Llevaron la calavera de Sithrak, con los ojos estacados, hasta lo que quedaba del Palacio de los Brujos. Allí el Necromante se reanimó y asesinó a los brujos restantes en un enfrentamiento brutal. Luego usó sus cuerpos como nuevos huéspedes para su espíritu imperecedero, para simular un esbozo de vida.Tras esto, Sithrak se transformó en el gobernante indiscutido de la ruinosa ciudad.

Ciudad de los Muertos[]

Shasztana quedó en ruinas durante muchos años, y las personas vivas de la ciudad apenas fueron suficientes para llamarla de esa manera, pero sin embargo se defendió de los agresores externos. El Necromante, tétrico como era, resultaba sumamente eficiente. Muchas veces Shasztana entró en conflicto con los poderes de Ashara, y debió mantenerse permanentemente alerta por haber despreciado a Ash' Ka Lok. Luego del enfrentamiento entre los brujos y Sithrak, se le otorgó el rango divino a éste, y se lo adoró como una deidad de la muerte. Sus templos se multiplicaron entre las montañas, y una casta sacerdotal sumamente fraccionada y poderosa gobierna desde entonces.

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La religión, sin embargo, es necromántica. El dogma sostiene que sólo Sithrak tiene derecho a decidir qué almas entran al paraíso, y cuáles no. A aquellos que no considera dignos de pasar a la próxima encarnación o a la vida después de la muerte, se les permite cumplir "penas" a los pecadores, levantando a los cadáveres como esclavos sin mente, manipulados por los "Santificadores": capataces de zombis y esqueletos. Asimismo, el templo paga un buen dinero a los que deseen brindar sus cuerpos a la religión, cosa que puede ayudar a las familias más pobres. Asimismo, muchos son los que deciden brindar sus cuerpos a sus familias una vez muertos, con la intención de trabajar para ellos sin consumir alimentos.

Algunos han desarrollado la técnica para lograr mantener la mente más o menos intacta en el cuerpo demacrado. Sin embargo, mantener la conciencia moderadamente activa en este estado es muy difícil, y requiere sacrificios periódicos para no degenerar en un asesino serial.

Sin embargo, existe una "ventana" de tiempo mediante la cual cualquier muerto viviente se puede mantener funcional sin resultar peligroso. Esta ventana suele durar una cantidad imprecisa de años, entre 10 y 20 años como máximo. Tras esa ventana, pueden suceder dos fenómenos: la Degeneración o la Corrosión.

  • La Degeneración implica que el muerto ya no puede ser controlado, y sólo es guiado por un impulso asesino, caníbal, que lo lleva a atacar y tratar de consumir a cualquier criatura con un símil de conciencia, incluso a otros muertos. Sólo hechizos muy poderosos permiten controlar, temporalmente, a estos muertos. Esta propiedad es transitiva, y aquellos asesinados por un degenerado se levantan ellos mismos de esta suerte, incapaced de ser controlados.
  • La Corrosión implica la pérdida de capacidades motoras, y la gradual destrucción del cadáver, hasta convertirse en una pila de pulpa ósea, que sirve para levantar nuevos muertos vivientes.

Estos fenómenos son conocidos por los templos y la población general de Shasztana, que cuentan con ello. 

Las Criptas de la Desesperación[]

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Cripta Draugamenszta

Uno de los usos más frecuentes que le dan los sacerdotes a los degenerados y cadáveres proceso de Corrosión es el de poblar las Criptas de la Desesperación. Dichas criptas son usadas como entrenamiento para soldados y aventureros, quienes pueden destruir a los cadáveres sin mayores problemas. Este servicio tiene un coste bastante alto, pero se ofrecen recompensas muy grandes a quienes completen el circuito de una cripta. El entrenamiento, asimismo, estimula a las fuerzas armadas de Shasztana, que poseen la mayor cantidad de experiencia de combate de todo Glaos. Los Degenerados sirven así a sus propósitos incluso cuando ya no pueden ser controlados.

Los Sacerdotes asimismo demandan desde hace largo tiempo que cualquiera que caiga en las criptas permanezca allí, para evitar la infección de la Degeneración en el resto de la ciudad.

Las Siete Iglesias[]

Monje Inmortal

Esta casta tiene varias facciones internas, entre ellas:

  • Los Sacerdotes Imperecederos, aquellos que buscan perfeccionar las técnicas de nigromancia, y que pretenden volverse a sí mismos Imperecederos conscientes.
  • Los Itinerantes: son un grupo que anda por los caminos de Ashara, recolectando muertos en los pueblos y ciudades vecinas.
  • Los Testigos de la Luz Imperecedera: proponen la adoración del Necromante, y llevan cuerpos vivientes ante él para que sean poseídos. Se trata de gente que coerciona a partir de sus Guardias Necróticos, y busca asegurar sacrificios constantes a partir del terror sagrado.
  • Los Purificadores: Más que de la necromancia sagrada, los purificadores creen en la voluntad del alma por sobre el cuerpo. Consideran que los únicos cadáveres que deben ser revividos son aquellos de los pecadores.
  • Los Iluminados: Consideran la Iluminación a partir del estudio de la relación entre el cuerpo y el alma. Son filósofos que meditan y se enclaustran.
  • Los Tiranos: Creen que el control de cadáveres son una medida del poder del alma de cada individuo. No consideran a los cadáveres más que como carne de cañón, y proponen dominar Ashara y el Xajarda con ejércitos de muertos.
  • Los Monjes de la Expiación: Son los más neutrales dentro de las facciones de la Luz Imperecedera. Proponen una seria integración entre los muertos vivientes y los humanos, y se encargan de mantener las Criptas de la Desesperación.
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